Te busco hasta el punto de mi encuentro
Estoy trabajando los silencios
por los rincones olvidados de mi casa,
estoy limpiando el polvo de mis canas,
te busco hasta el punto de mi encuentro.
Estoy macerando mis recuerdos
para volverlos cristalinos como el ámbar,
para mostrar tal cual lo que me aguarda
y lo que guardé de todos mis incendios.
No estoy llorando mis boleros
ni canta soledades mi guitarra,
pero rezumo redondas, negras, blancas,
y a tus ritmos se ofrecen mis arpegios.
Cuando los ácaros barran el suelo
y reine el orden en la estancia,
tejeré, cual seda de una araña,
los mundos que han de contenernos.
Mientras tanto conversan los espejos
bailando sus coplas no cantadas
y esperan encontrarse en las miradas
y en las cesuras que ofrezca algún soneto.
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