Creí escuchar campanas
cuando me estabas queriendo,
parecía canto de pájaros
los que revoloteaban en mi pecho.
Y el repiquetear de campanas
eran suspiros del alma
cuando sentía mío tu cuerpo.
Era noche callada
testigo de muchos ruidos,
que las salivas hacían
Entre besos de boca a boca.
Para bebernos la vida
que los dos teníamos ganas
de consumirnos en fuego,
de pasión y de deseo.
Ganas de sentir la piel
Debajo de tus besos
que bajaban de la cabeza
a los pies;
era como un terremoto
parecía que nos mecía
porque tu cuerpo y el mío,
se estaban estremeciendo.
Mis espigas alzadas
tus manos reclamaban,
tomabas y bebías de mis aguas
éramos como el mar y sus olas
cuando me acariciabas toda.
Me dejaste sentir tu piel morena
como la arena al mar
y me perdí en tus olas.
Aroma de rosas había
ésa noche de amor entregada,
al amor y sus pasiones
cuando el cielo reclamaba
el brillo de las estrellas
las que los dos contemplábamos
al estar debajo de ellas.
En una noche de amor cualquiera.
-A mí siempre amor mi amor de siempre-
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