Mi corona
En la distancia inmensa
a través del cristal
vi mi alma de niña,
quise ser inmortal.
Y me vi hecha princesa
como solía soñar,
en un cuento eterno
exento de todo mal.
Y toqué mi corona
a través del cristal,
era real y suave
como flor de azahar.
Y me di cuenta entonces
que la llevo aún,
que mi alma es de niña
¡al igual que mi edad!.
Que tal vez sea un cuento,
más me quiero quedar
en aquellas ilusiones
con mi corona real.
Ahora se con certeza
cual será mi final:
seguiré siendo niña
a través del cristal.
Ya no quiero el dolor,
ni recuerdos que duelan,
hoy me siento en paz
hoy, que mi alma vuela
del presente al pasado,
a la risa infantil,
hoy me cubro de flores
¿cómo pude olvidar
que se puede ser niña?.
Mientras haya un aliento
y haya sonrisa y paz,
mi corona de flores
nadie la robará.
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