Llegó la hora, llegó el amanecer


Llegó la hora,
llegó el amanecer
silencio y calma
rondan en la cascada.



A un lado, en el camino,
vagas conmigo.



El bosque puro,
bajo esta luna brilla
como esos bellos pájaros blancos
que sobre hojas doradas duermen.



Llegó la hora,
aquella que siempre
nos da consuelo,
de amantes eternos,
de oscuras piedras.



Como rosas y agua.
Somos almas vacías
cuando el amor se va.




Oigo el silencio
arriba el ruiseñor canta
sobre hojas tristes…
mi alma llora.


No morirá porque es fuerte
y espera tu llegada.
se percibe en el aire
tus secretos ocultos.



Crujen, ya estás hambrientos.
Mi flor se abre y los capullos
vibran; se hace la luz,
de cuerpos y almas.







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