No se calla la ira de la lluvia
que socava el frío y la miseria,
crepúsculo de la indigencia,
azules cuerpos, temblorosos,
errantes, vagabundas inocencias,
eslabones de húmedos harapos
caricias de papeles amarillos,
sangre negra que cubre las veredas,
niebla, soledad, muerte de asfalto…
No se calla la furia de la tierra,
justicia que reclama por su historia,
enojo de volcán encarcelado,
furor de un océano rebelde,
abismos de socorros sempiternos.
Lágrimas de techos destruidos,
lamentos de familias desgarradas,
miedo a caminar por un desierto
parido por la humana decadencia…
¡Calla Dios, la sonrisa del infierno!
¡Calla Dios, la desidia de unos cuantos¡
Mas no se calle la voz de los ancestros,
ni se extinga la utopía de tu paraíso…
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