Arriba en la aireada montaña,
abajo en la sombría cañada,
nos desafiamos a la caza
por temor a la pequeña gente,
diminuta gente, buena gente,
marchando unidos, diligentes,
¡Chaquetas verdes, gorros rojos
Y blancas plumas relucientes!
Abajo en la orilla rocosa
algunos hacen su hogar,
viven en crujientes chozas,
junto al arroyo o el mar;
otros en las tenebrosas cañas
del lago negro en la montaña,
con sapos como guardianes,
perros de una vigilia interminable.
Arriba en la sierra
el viejo rey se sienta;
es tan viejo y maliciento
que casi a perdido el ingenio.
con un puente de niebla rosa
sobre el Columbkill siempre cruza.
En su majestuosa jornada
por Slieveleague y Rosses;
o persiguiendo la música
de las frías noches estrelladas,
buscando incesante a su Reina
bajo la alegre aurora boreal.
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