Hoy he vuelto a dar mi paseo
di la vuelta a “Indara “ de nuevo,
mis ojos otra vez se admiraron
con la belleza del entorno.
Los árboles reverdeciendo
los manzanos con su flor rosada,
los perales con la flor blanca,
también los cerezos la tienen blanca.
En el bosque de los pinos,
graznan los grandes grajos,
en el gran roble está el gorrión,
en los zarzales el colibrí cantor.
Mis ojos lo admiran todo,
mis oídos entusiasmados por los cantos,
mi mente relajada por el gran silencio,
solo roto por el ladrido de un perro a lo lejos.
Prados verdes olor a hierba,
el río Loir baja cantarín con más agua,
se nota la lluvia de estos días,
lleva agua clara, cristalina.
Hasta la hiedra de la entrada reverdeció,
donde está el gran sapo hoy invernado,
pero que croa en las los días cálidos,
ahí al lado del roble, está ¡hace años!.
Hace frío aun, el aire corta mi cara,
pero es maravilloso el paseo por “Indara”
me estimula el gélido viento que sopla,
pero mi cuerpo abrigado está.
Todo huele a primavera,
mis sentidos se estimulan con ella,
hace unos días que ya llegó,
para dar magia a bosques y praderas.
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